La Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGFSP) ha publicado este viernes las nuevas tablas biométricas que regulan el cálculo de la rentabilidad esperada de las operaciones de seguro de vida, que podrían implicar una rebaja en el precio de estos productos de entre un 20% y un 30% de media.
Este porcentaje sería aplicable sobre todo a los seguros de vida-riesgo que son renovables anualmente, como pueden ser los ligados a la contratación de un préstamo hipotecario. «Posiblemente habrá una rebaja muy importante. No debería ser residual», han indicado fuentes de la DGSFP.
No obstante, la concreción del impacto de esta actualización en términos de reducción de las primas para los clientes dependerá del tipo de producto contratado y de las ofertas comerciales, pero sobre todo de la previsión que haya hecho cada compañía aseguradora.
Impacto de 1.800 millones para las entidades
Para las entidades, el impacto económico de estas tablas se estima en torno a unos 1.800 millones de euros en incremento de las provisiones técnicas para el conjunto del sector. La incidencia variará por entidades, en función del grado de prudencia que hayan tenido hasta ahora.
En cualquier caso, se trata de un ajuste moderado teniendo en cuenta que las provisiones técnicas en seguros de vida rondan los 200.000 millones de euros.
Periodo transitorio para aflorar los ajustes de cuentas
Aunque la Administración no puede hacer público el impacto individual, cada compañía está obligada a indicar en sus cuentas anuales el importe del ajuste que tendrá que realizar. Sin embargo, tendrán un periodo transitorio de hasta cinco ejercicios contando –a partir de 2020– para ir adaptando estas actualizaciones.
La nueva normativa recogía un periodo inicial de tres años, pero la situación actual derivada de la pandemia del coronavirus ha aconsejado ampliarlo por dos anualidades más. «Se trata de dar cierto margen adicional a las compañías en su proceso de adaptación teniendo en cuenta la situación», han señalado las mismas fuentes.
Con todo, durante los ejercicios 2020 y 2021, las aseguradoras tendrán que dotar como mínimo el 25% de la diferencia que surja de la aplicación de las nuevas tablas biométricas. En esta línea, puede ser que algunas entidades apliquen el 25% al cierre de este ejercicio o lo repartan en función de sus circunstancias.
Actualización de unas tablas con un desfase de 20 años
Cabe señalar que las tablas que hoy se publican y las anteriores, que tienen un desfase de dos décadas, no son de uso obligatorio. Cada compañía puede utilizar sus propios modelos, pero siempre con la condición de que reúnan unos requisitos de rigor técnico y financiero que logre una autorización administrativa por orden ministerial, de ahí que el impacto no será igual para todo el sector.
Un caso habitual es que las compañías aseguradoras utilicen el modelo de referencia, pero generen a su vez unas tablas específicas para colectivos de asegurados con peculiaridades, que tienen que justificar ante el supervisor.
De hecho, en el caso español hay pocas entidades aseguradoras que usen modelos internos, y mucho menos en el de las grandes aseguradoras, que tienen una gran masa de clientes y requeriría de la identificación de características muy específicas. «Para las grandes compañías, con un gran volumen de clientes y una menor especificidad, las tablas de referencia tienen más sentido», han añadido fuentes de la Dirección de Seguros.
Fuente: 65ymas.com